TAL VEZ...   

 

   Tal vez yo solo soy un ingnorante que apenas entiende las cosas de los hombres.

   Tal vez solo sea un soñador que crea su camino entre los sueños de las estrellas y los sueños de los senderos solitarios, ajados por los pasos de muchas civilizaciones.
  Tal vez... Tal vez yo solo sea un vagabundo en medio de esta humanidad, que paso dejando trozos rotos de mi corazón. No sé si tan siquiera sé Amar. No sé si habré despertado en aquellos a los que me unió la Mano de la Vida la más leve ansia de Amor. No sé si estaré mucho tiempo en sus memorias. No sé si tan siquiera habré servido para algo.
   Tal vez solo sea un extraño en este mundo, donde se vive sin Vivir y se está sin Ser. Donde las casas tienen puertas y los árboles dueños. Y también tienen dueños hasta los sueños y las estrellas.
   Donde se deja que se pudra la vida por intereses creados. Donde ya no es limpio ni el aire en las montañas más lejanas al hombre. Pero tal vez yo solo soy un extraño y por eso no entiendo tanta desolación, tanta ceguera.
   Tal vez solo soy un ignorante y por eso me duela que maltraten a los animales y corten los árboles. Que digan en nombre de la ciencia que hay que destruir para estudiar.
   Hace ya algún tiempo, cuando aun era un niño, me gustaba bajar desde Ronda al Valle del Guadalevín para ver como saltaba limpio y vivo jugando con las piedras a lo largo de su camino.
   Me gustaba contemplar y oir como bullía la vida dentro de sus aguas. Como esquiaban los zapateros sobre su cristalina superficie, en los remansos. Como cantaban las ranas llenas de alegría. Y como el agua estaba llena de luz que se hacia densa en los peces y también volaba en las libélulas de mil colores y alas trasparentes como el aire.
   Y veía como en las fiestas muchas familias iban al río y disfrutaban de él, y él les daba la Armonía que necesitaban para seguir sus caminos y también les daba descanso, y también les hacía reflexionar sobre el tránsito de la existencia al contemplar el contínuo fluir de sus aguas.
   Ahora todo aquello se ha ido como un sueño y el Guadalevín es como una cloaca donde solo la muerte espumeante se pasea. Y un angustioso grito de olor sube todos los días desde él hasta Ronda por los tajos.
   Pero Ronda está dormida. Sus habitantes no saben vivirse, no se les ha enseñado. Unos se duermen frente a la televisión y dicen que viven. Otros dormitan en el consumo, cada vez más envolvente. Y la juventud, su única esperanza, prefiere respirar el aire contaminado de las discotecas donde los vapores del alcohol y las drogas los atontan, en lugar de salir a vivirse en los campos buscando sus raíces y sus porqués.
   Y mientras tanto: ¿Dónde están los maestros del hombre? ¿Dónde están aquellos que dejando su estupidez intelectual y sus títulos bajen hasta la vida cotidiana de cada día para ayudarla a vivir?
   ¿Dónde está la honradez de aquellos que se visten de poder y se dicen servidores del pueblo? ¿Adónde ha ido la responsabilidad que cada uno debe de tener, por el simple hecho de nacer, con la propia Madre Tierra? ¿Quién habla por el agua que se vuelve podrida, los árboles que se queman, la especulación de la tierra en manos de seres extraños a ella que solo la ven como una inversión? ¿Quién por la contaminación del aire de todos? ¿Quién lo hace por la doliente parte de humanidad que sufre el despilfarro de la otra parte?
   ¿Qué ocurrirá cuando se hallan ido los pajarillos del aire? ¿Qué ocurrirá cuando los peces de los ríos y los mares también se hayan ido hacia lo invisible? ¿Qué ocurrirá cuando la tierra cansada no de más cosechas?
   Yo pregunto a los cientifistas: ¿Habrá entonces triunfado el hombre sobre la Madre Tierra o se habrá convertido en un ser mutilado y sin raíces, mantenido en su propio artificio?

   Pero tal vez yo solo soy un pobre ignorante que no entiende lo que dicen entender los doctos e inteligentes, los buscadores de poder.
   Si, tal vez yo solo soy un pobre ignorante que no entiende lo que es la Vida...
   Cayetano Arroyo Flores.